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miércoles, 28 de enero de 2009

Declaraciones de la Ministra de Educación, Mercedes Cabrera


Cabrera: "Haremos todo lo posible para que los alumnos puedan recuperar el tiempo perdido"

Y ahora ¿qué?

Por su interés reproduzco el artículo de EL PAÍS digital

¿Qué pasará ahora con los alumnos cuyos padres objetaron a Ciudadanía?

El Supremo ha decidido que no se puede ejercer el derecho a la objeción de conciencia en el caso de Educación para la Ciudadanía. Miles de alumnos están faltando a clase cuando esa materia se imparte en decenas de colegios de España. ¿Qué pasará con ellos ahora? La ministra de Educación ha señalado hoy que se hará "todo lo posible" para que los alumnos cuyos padres han objetado "recuperen el tiempo perdido"; pero es cada comunidad autónoma la que decide cómo se cursa la asignatura.

Tal y como explicaba EL PAÍS el pasado 26 de enero, ahora se abren dos vías posibles:

1. Por un lado, las organizaciones conservadores que promueven el boicot a Ciudadanía pueden recurrir la Constitucional y solicitar que la sentencia del Supremo no se ejecute hasta que la máxima instancia judicial española resuelva. En ese caso el proceso se alargaría en el tiempo y algunos alumnos podrían finalizar sus estudios secundarios sin haber cursado la asignatura. Podría darse el caso de que, si el Constitucional falla en unos años y ratifica la posición del Supremo, los alumnos (ya universitarios) se encuentren en mitad de una carrera con una asignatura de secundaria pendiente.
2. Por otro lado, si la sentencia se ejecuta ya, varios expertos coinciden en que los alumnos de padres objetores deberán cursar la asignatura si quieren obtener el bachillerato. La Junta de Andalucía espera que el Supremo fije "un marco de actuación claro y común a todas las comunidades" en su sentencia, que todavía debe ser redactada.

"Vacío legal"

En el aire siguen las dudas de si los alumnos se reincorporarán a mitad de curso, cursarán la asignatura un año después (los que no lo hicieron el pasado -12, en Andalucía-) o si se les facilitará la realización de un examen extraordinario. Manuel Rodríguez, jurista, ex consejero de Consejo Escolar del Estado, y ahora del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid, declaró a EL PAÍS que existe al respecto un "vacío legal".

El Supremo "tumba" la Objeción a Educación para la Ciudadanía

Según publica en su última hora EL PAÍS digital, el Tribunal Supremo decide que no se puede objetar a Ciudadanía.

La Sala de lo Contencioso establece por 22 votos contra 7 que la asignatura no vulnera el derecho de los padres a que sus hijos reciban la educación religiosa y moral que deseen.

Lee todo el reportaje en EL PAíS.com

lunes, 26 de enero de 2009

¿Y ahora qué pasará con Luís?

Reportaje publicado por EL PAÍS en su edición del 26.01.2009

¿Y ahora qué pasará con Luís? Leer el reportaje

domingo, 25 de enero de 2009

El Supremo se pronuncia mañana sobre Educación para la Ciudadanía

Artículos publicados en el diario EL PAÍS, en su edición del domingo 25 de enero de 2009:

El Estado sí puede enseñar valores
Leer el reportaje

El Supremo sentará mañana doctrina para 120 impugnaciones
Leer el artículo

Contradicciones episcopales


Juan José Tamayo Acosta es un teólogo español nacido en Amusco (Palencia) el 7 de octubre de 1946. Vinculado a la Teología de la Liberación, sobre la que ha trabajado abundantemente.
Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Comillas en 1971. Doctor en Teología por la de Salamanca en 1976. Diplomado en Ciencias Sociales por el Instituto León XIII en 1972. Licenciado (1983) y doctor (1990) en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido profesor en diversas instituciones de España y América. Dirige actualmente la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacuría de la Universidad Carlos III y es fundador y actual Secretario General de la progresista Asociación de teólogos Juan XXIII.

El pasado día 30 de diciembre, publicó en El Periódico, un intersante artículo titulado "Contradicciones episcopales", que creo interesante recoger en este blog.

"Los obispos españoles han vuelto a utilizar una fiesta litúrgica del calendario católico, la de la Sagrada Familia, para arremeter contra las leyes sobre el matrimonio y la familia aprobadas en el Parlamento. Tres han sido los escenarios elegidos para ello: las cartas pastorales, desde las que han responsabilizado a la ideología de género de la disolución de la familia, las catedrales de algunas diócesis españolas, donde los obispos han pronunciado homilías con una fuerte carga antiparlamentaria, y la misa multitudinaria de la plaza de Colón, reedición de la concentración del año pasado, que tuvo un marcado tono político deslegitimador del Gobierno socialista y, en cierta medida, del sistema democrático, al acusar al Parlamento de poner en peligro la democracia.

El cardenal Rouco Varela ha mostrado su estremecimiento por “el hecho y el número de los que son sacrificados por la sobrecogedora crueldad del aborto”, a los que ha definido como los nuevos Santos Inocentes de la época contemporánea. Monseñor Blázquez, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y obispo de Bilbao, ha responsabilizado de las dificultades que vive hoy la familia “al ambiente cultural y a algunas leyes”, ha afirmado –con desconocimiento de los datos de la antropología cultural– que en todas las culturas y los pueblos a lo largo de la historia el matrimonio es la unión del varón y de la mujer, ha calificado el “divorcio exprés” de duro golpe a la estabilidad de la familia y considera una desfiguración sustancial llamar matrimonio a la unión de dos personas del mismo sexo. Monseñor Martínez Camino, secretario general de la CEE, ha ido todavía más lejos en la descalificación de las leyes hasta declarar que nunca ha habido una legislación sobre el matrimonio más irracional que la que hay hoy en España.
Los obispos están en su derecho a hacer este tipo de afirmaciones en el ejercicio de su libertad de expresión. Pero creo que incurren en una serie de contradicciones que resumo en el siguiente decálogo.

1. Defienden el matrimonio y la familia quienes no pueden casarse ni formar una familia. Los obispos y los sacerdotes del rito latino, en el momento de ser ordenados, renuncian al matrimonio y sustituyen de esta forma la paternidad humana por la paternidad espiritual, que consideran más fecunda y universal.
2. Defienden la indisolubilidad del matrimonio, conforme a lo establecido en el Código de Derecho Canónico: “El matrimonio rato y consumado no puede ser disuelto por ningún poder humano, ni por ninguna causa fuera de la muerte” (n. 1141), cuando la propia Iglesia católica cuenta con tribunales especiales dedicados a la disolución del vínculo matrimonial.
3. Consideran la procreación como uno de los fines del matrimonio, son partidarios de las familias numerosas y se oponen a los métodos anticonceptivos, cuando ellos no pueden procrear por el voto del celibato que les obliga a la abstinencia sexual.
4. Defienden la vida del no-nacido y se oponen al aborto, al que califican en todos los casos de asesinato u homicidio, cuando han justificado la pena de muerte y ponen hoy objeciones a la despenalización de la homosexualidad que, al menos en ocho países, se condena con dicha pena.
5. En cuestiones relativas a la sexualidad, el matrimonio, el origen y el fin de la vida, quieren imponer como ley natural lo que no es más que doctrina católica sostenida por la jerarquía, muchas veces discutida dentro de la propia Iglesia.
6. Hablan de retroceso de los derechos humanos en el ordenamiento jurídico apelando a determinadas leyes que, en realidad, amplían el ejercicio de dichos derechos. Con ello demuestran una clara incoherencia al exigir reconocimiento pleno de los derechos humanos en la sociedad, cuando ellos los desconocen y no los ponen en práctica en el seno de la comunidad cristiana.
7. Se oponen a la homosexualidad, considerada pecado, desviación natural o perversión moral, haciendo una lectura fundamentalista y descontextualizada de la Biblia.
8. Confunden lo moral o, mejor, su propia idea de lo moral, con lo legal, y creen que lo que para ellos es pecado debe ser considerado delito y penalizado por las leyes.
9. Presentan la familia cristiana como paradigma único de convivencia, desconociendo que hay otros modelos legítimos inspirados en valores laicos o de otras religiones y confundiendo la familia cristiana con la familia patriarcal.
10. Se oponen a la investigación con células madre embrionarias considerando que un embrión es lo mismo que una persona, cuando eso significa estar instalado en un error científico y cuando esa oposición implica la renuncia a la curación de múltiples enfermedades y a la felicidad de muchas parejas.
¿Ignorancia, error o incoherencia lógica o ideológica? Que juzgue cada cual.

viernes, 9 de enero de 2009

APROVECHANDO EL VIAJE

Artículo publicado en el blog "El Arambol palentino"

En el diario Norte de Castilla del 6 de enero, Javier García Escudero nos ha deleitado, una vez más, con uno de esos artículos que, lejos de ser una noticia en formato periodístico, lo lleva al terreno partidista y recalca como negativo, todo lo que tiene aroma de izquierda.Titula como VIAJE ANUAL, el hecho de que gran cantidad de gente asistiera a ver la cabalgata de reyes después, de la ola de laicismo que ha impulsado el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. ¿Qué ola?, ¿Impulsada por quién?, ¿Desde cuando y desde donde, Zapatero ha animado a los ciudadanos a que renieguen del catolicismo o cualquier otra religión?, ¿Quizás es la Constitución Española quien habla sobre este tema?. Lo único que promueve este Gobierno, son derechos. El Derecho y la libertad de TODOS para elegir la religión que se desee, ya sea católica, musulmana, protestante o lo que a cada uno le venga en gana. Todo lo contrario de lo que pretende la iglesia, que quiere seguir campando a sus anchas, imponiendo su fe y aplicando sus normas como en los tiempos del dictador, ¿Añoranza?, quién lo volviera a pillar se preguntaran algunos, ¿eh?.

Leer todo el artículo en El Arambol palentino

domingo, 4 de enero de 2009

El "nuevo poder" de los obispos


El genial Forges ha retratado en EL PAÍS de manera extraordinaria el papel que en el futuro terminarán teniendo los obispos españoles, a nada que se los deje.
¡Son insaciables!

Rouco y la gripe

Artículo publicado en Diario Palentino por José Luís Mellado Santamaría, el 03-01-09.
Fotografía de Diario Palentino

Hoy no ha sido un buen día para mí, no se por qué. O sí lo sé, pero sería obsceno contarlo aquí. Me encontraba airado, enfadado con un alguien indeterminado (o determinado, pero tampoco viene al caso nombrarlo) por alguna de esas razones que yo suelo atribuir al idiota que llevo dentro y que cada tanto hace su aparición en escena. Así que he recurrido a la conversación, al valor terapéutico de la palabra. He llamado a una buena amiga, que además es una excepcional psicoanalista, aunque ella nunca jamás predica ni lo uno ni lo otro: lo es y punto.

Puedes leer todo el artículo en diariopalentino.es

viernes, 2 de enero de 2009

¿Tienen los padres derecho a elegir la educación de sus hijos?

Últimamente estamos asistiendo a un hecho sin precedentes: determinados miembros de la Iglesia Católica, principalmente, pero no solo, de su jerarquía, se están manifestando como defensores a ultranza del derecho inalienable de los padres a educar a sus hijos según sus valores y creencias”.
¡Vivir para ver! que diría un castizo.
Prácticamente desde que Constantino I y Licinio, emperadores de oriente y occidente respectivamente, promulgaron el “Edicto de Milán” el año 313 d.C., la jerarquía de la Iglesia Católica ha intentado por todos los medios a su alcance ir contra ese derecho, en alianza permanente con el poder político y militar de cada momento histórico, y en nombre de la “salvación de los paganos”, a los que había que “convertir” tanto si lo querían como si no.
¿Hemos olvidado las “Cruzadas”, la “evangelización” de América o la “Inquisición”? Pero dejemos la Edad Media o la Moderna y lleguemos a la Contemporánea. ¿Han olvidado los actuales dirigentes del catolicismo los “bautismos”, escoltados por las fuerzas del orden público, de los niños “rojos” que se producían cuando las “tropas nacionales” de Franco “liberaban” una ciudad o pueblo? Los actuales jerarcas de la iglesia, parecen querer olvidar a sus antecesores más recientes, Pla y Daniel, Gomá, Eijo Garay, Cantero Cuadrado,…..

Pero dejemos a la Iglesia Católica con sus traumas y centrémonos en el objeto de este artículo: el derecho de los padres a elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), que el día 10 del pasado mes cumplió 60 años, dice textualmente al hablar del derecho a la educación en el artículo 26:
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.
Por su parte, la Constitución Española de 1978 (CE), dice en su artículo 27:
1. Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.
3. Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
En ambos textos normativos y fundamentales queda claramente recogido el derecho de los padres sobre la educación de sus hijos. La pregunta, por tanto, es: ¿Es este un derecho absoluto y sin límites? Tanto en la DUDH como en la CE, el orden de los apartados de ambos artículos es el mismo: primero el derecho universal y absoluto a la educación; segundo los principios que deben inspirar y regir esa educación: los derechos humanos; y en tercer lugar, el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos.
Los padres pues, tienen derecho a decidir que tipo de educación quieren para sus hijos, pero es este un derecho limitado por otros dos anteriores: que los jóvenes reciban educación, y que esta tenga como principios inspiradores el respeto a los derechos humanos, el fomento de los valores democráticos, de convivencia y de tolerancia.
En la hipótesis de unos padres que no quisieran que sus hijos recibieran educación, ¿Qué deberían hacer los poderes públicos? Impedirlo. ¿O no? Y en el caso de unos padres que desearan que sus hijos fueran educados en el totalitarismo, el machismo, la xenofobia o la intolerancia, ¿Qué debemos hacer?
Mi conclusión es que los Estados democráticos y respetuosos con los derechos humanos, no es que puedan educar en los valores propios de estos sistemas, es que tienen la obligación de hacerlo. Incluso, si llegara el caso, en contra de la opinión y el “derecho” de los padres correspondientes.